Las narrativas no lineales: un video ensayo interactivo.
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
Este proyecto surge bajo la necesidad de explotar nuestra demanda como colectivo de buscarle un sentido racional a lo que se nos ofrece, una lógica que explique la coherencia de lo que vemos. De ahí nace una investigación de la relación entre el espectador y el lenguaje audiovisual, explorando qué método se puede emplear para hacerle llegar una pluralidad de opciones en las que él tome decisiones.
No nos referimos necesariamente a la elección clara de cómo continúa la escena, como en el ámbito del videojuego, sino a la capacidad intrínseca del ser humano de estructurar una narrativa en base a lo que ve y escucha, ofreciendo diferentes elementos cuya significación individual está clara pero que, al ponerlos en común, su significado se amplía y ramifica el argumento. Además, se pretende acercar la dinámica de esta interacción a la estructura rizomática que presentan los sueños a fin de dotar de mayor organicidad a la obra.
La tendencia de consumir el audiovisual en forma de narrativa lineal se remonta a siglos de historia, y es inevitablemente finalista: el espectador ya sabe de antemano que el fin está determinado y que todos los eventos que ocurran hasta ese momento tan solo existen para contribuir a esa conclusión final. Siempre se ha intentado romper de alguna manera la linealidad y, por tanto, la postura pasiva del espectador, tratando de incorporar múltiples puntos de vista, tramas y acciones paralelas que pueden (o no) tocarse en algún momento…, etc, pero ninguna de estas estrategias cuestiona realmente la estructura de una obra audiovisual lineal hasta que se empieza a experimentar con la hipermedia y con diferentes soportes, que permiten un aumento de la interactividad entre el espectador, el contenido y el creador/autor, a diferentes niveles. Para ello, nacen una serie de nuevos lenguajes audiovisuales que rompen con la secuencialidad de la narrativa lineal en busca de una mayor aproximación hacia la realidad, estudiando de qué manera estamos culturalmente preparados para entenderlos y cómo explotar nuestra manera de procesar la información.
Desde hace años nuestro mundo está incorporando cada vez más formas de contar, adaptándose a nuestra necesidad de innovar nuestros métodos de comunicación, donde el lenguaje artístico se amolda a los nuevos medios digitales e interactivos, permitiendo hacer uso de la no linealidad en la estructura narrativa.
Hoy en día es inconcebible la separación vida/audiovisual. Si hacemos referencia al hecho mundial más reciente de profundidad histórica, el cual ha marcado un antes y un después en el lenguaje visual, la pandemia producida por el Covid-19, nos damos cuenta de cómo necesitamos culturalmente el discurso audiovisual para lograr sintetizar la realidad en algo que podamos manejar, moldear. La comunicación en la docencia se ha hecho inevitablemente tecnológica por lo sucedido y la hipermedia crea un espacio común donde los roles de docente, artista e investigador se abolen en pos de un intercambio de información donde al que antes era un alumno observante, ahora se le brinda la oportunidad de tomar un rol activo, surgiendo campos de investigación como la a/r/tografía, que recoge este tipo de principios y valores.
Esto solo demuestra que es necesaria la alfabetización audiovisual o, lo que es lo mismo, incorporar el lenguaje audiovisual a la educación no solo como un complemento al aprendizaje de la asignatura, sino como algo imprescindible, abarcando tanto el estudio específico y concreto del mismo como la manera en la que es aplicable al resto de campos, como las ciencias, haciéndolo un lenguaje multidisciplinar a través del cual ofrecer una visión diferente y complementaria del mundo.
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
Este proyecto surge bajo la necesidad de explotar nuestra demanda como colectivo de buscarle un sentido racional a lo que se nos ofrece, una lógica que explique la coherencia de lo que vemos. De ahí nace una investigación de la relación entre el espectador y el lenguaje audiovisual, explorando qué método se puede emplear para hacerle llegar una pluralidad de opciones en las que él tome decisiones.
No nos referimos necesariamente a la elección clara de cómo continúa la escena, como en el ámbito del videojuego, sino a la capacidad intrínseca del ser humano de estructurar una narrativa en base a lo que ve y escucha, ofreciendo diferentes elementos cuya significación individual está clara pero que, al ponerlos en común, su significado se amplía y ramifica el argumento. Además, se pretende acercar la dinámica de esta interacción a la estructura rizomática que presentan los sueños a fin de dotar de mayor organicidad a la obra.
La tendencia de consumir el audiovisual en forma de narrativa lineal se remonta a siglos de historia, y es inevitablemente finalista: el espectador ya sabe de antemano que el fin está determinado y que todos los eventos que ocurran hasta ese momento tan solo existen para contribuir a esa conclusión final. Siempre se ha intentado romper de alguna manera la linealidad y, por tanto, la postura pasiva del espectador, tratando de incorporar múltiples puntos de vista, tramas y acciones paralelas que pueden (o no) tocarse en algún momento…, etc, pero ninguna de estas estrategias cuestiona realmente la estructura de una obra audiovisual lineal hasta que se empieza a experimentar con la hipermedia y con diferentes soportes, que permiten un aumento de la interactividad entre el espectador, el contenido y el creador/autor, a diferentes niveles. Para ello, nacen una serie de nuevos lenguajes audiovisuales que rompen con la secuencialidad de la narrativa lineal en busca de una mayor aproximación hacia la realidad, estudiando de qué manera estamos culturalmente preparados para entenderlos y cómo explotar nuestra manera de procesar la información.
Desde hace años nuestro mundo está incorporando cada vez más formas de contar, adaptándose a nuestra necesidad de innovar nuestros métodos de comunicación, donde el lenguaje artístico se amolda a los nuevos medios digitales e interactivos, permitiendo hacer uso de la no linealidad en la estructura narrativa.
Hoy en día es inconcebible la separación vida/audiovisual. Si hacemos referencia al hecho mundial más reciente de profundidad histórica, el cual ha marcado un antes y un después en el lenguaje visual, la pandemia producida por el Covid-19, nos damos cuenta de cómo necesitamos culturalmente el discurso audiovisual para lograr sintetizar la realidad en algo que podamos manejar, moldear. La comunicación en la docencia se ha hecho inevitablemente tecnológica por lo sucedido y la hipermedia crea un espacio común donde los roles de docente, artista e investigador se abolen en pos de un intercambio de información donde al que antes era un alumno observante, ahora se le brinda la oportunidad de tomar un rol activo, surgiendo campos de investigación como la a/r/tografía, que recoge este tipo de principios y valores.
Esto solo demuestra que es necesaria la alfabetización audiovisual o, lo que es lo mismo, incorporar el lenguaje audiovisual a la educación no solo como un complemento al aprendizaje de la asignatura, sino como algo imprescindible, abarcando tanto el estudio específico y concreto del mismo como la manera en la que es aplicable al resto de campos, como las ciencias, haciéndolo un lenguaje multidisciplinar a través del cual ofrecer una visión diferente y complementaria del mundo.
